... Interviene el Fiscal Dr. Diego Zapiola, quién desde el primer momento dirige la investigación, con resultados favorables, ya que la policía local, rápidamente, eficientemente, logró individualizar y detener a un sujeto sobre el que pesan firmes sospechas de ser el autor o uno de los autores del crimen.

Según información recabada en Santa Teresita, la Comisaría local, una vez anoticiada de la falta o desaparición de Mara, sin demora emprendió un operativo para dar con su paradero.
 
Desgraciadamente ya era tarde, porque la víctima ya no vivía; y luego fue hallada semioculta entre unos arbustos en la playa.

Las violaciones callejeras son delitos difíciles de prevenir. Las características psicológicas del violador hacen que sean difíciles de detectar; y aunque se los detecte, hay que recordar que la fuerza policial tiene prácticamente vedado toda investigación pre-delictual. Es decir, no se puede investigar a nadie por más sospechoso que resulte, si no es a partir de un hecho puntual ya consumado, como el caso que nos ocupa.

El delincuente sexual están mimetizado mejor que nadie entre el resto de la población; podemos relacionarnos con ellos y hasta trabar amistad sin advertir que estamos ante un criminal muy peligroso. Son psicópatas, irrecuperables.

Hago esta aclaración porque en este caso no se le puede reprochar a la policía falta de dedicación o negligencia en la prevención, como lamentablemente ha ocurrido en otros lugares y por otro tipo de hechos como son los delitos contra la propiedad.

En Santa Teresita, el vecindario legítimamente indignado se movilizó hacia la dependencia policial para exigir justicia, al parecer alarmados por el rumor de que el sospechoso arrestado tendría vínculos con personas influyentes; dato que en nuestro país, tristemente, es sinónimo de impunidad. Y hay una larga lista de antecedentes como para fundar esa sospecha. La actitud de los vecinos no pasó de una comprensible alarma e indignación con una clara exigencia de justicia...

Claro, hasta que apareció en escena, nuevamente, lo peor, la politiquería de baja estofa. Los que siempre “embarran la cancha”, que con tal de llevarse algunas migajas, aún sucias, para su plato, no reparan en el enorme daño social que producen.

Según pudimos averiguar, en Santa Teresita se comenta que un concejal opositor, que seguramente no podrá trascender por su labor legislativa, y una señora comerciante, también opositora, habrían convocado a un sujeto, una especie de D´Elía local, al que llaman “Catriel”, un resentido, padre de un joven con antecedentes que habría sido asesinado por otro delincuente, que según se dice pretende responsabilizar a la policía por la muerte de su hijo, para poder accionar judicialmente contra el Estado y sacarle dinero a los contribuyentes. Una forma de obtener una buena suma sin trabajar.

Este personaje es seguido por una banda de delincuentes encapuchados, como se vio en televisión y en LaCostaNotinet (diario digital de la zona), que alentados desde una emisora de radio local, atacaron la dependencia policial provocando cuantiosos daños y lesiones al personal policial mientras trabajaba, precisamente, en el esclarecimiento del caso.

Fue tan ilegítimo este accionar que los vecinos, que en principio y justificadamente se habían agrupado en reclamo de justicia, optaron por alejarse rápidamente del lugar.

Hasta el cansancio hemos leído, visto y oído a la dirigencia política referirse a la necesidad de recuperar la confianza entre la policía y su comunidad; de trabajar para su integración; de jerarquizar la Institución y de dar respaldo político a su labor.

Pues bien, la dirigencia de Santa Teresita debe saber que hoy son el centro de atención de todo el personal de la policía de la provincia de Buenos Aires. Queremos ver la contundencia de las reacciones. Si es verdad lo del concejal, seguramente el Concejo Deliberante estará tratando su expulsión del cuerpo.

El Sr. Intendente Municipal; el Foro de Seguridad y demás organizaciones de la comunidad seguramente estarán por repudiar el vandálico hecho en el que los trabajadores policías fueron inmerecidamente agredidos, si es que ya no lo han hecho; y descontamos que el Sr. Fiscal Interviniente, ya tendrá identificado a toda la banda que asaltó la dependencia del Estado provincial y a sus instigadores y en breve ordenará sus detenciones.

Porque si esto no ocurre rápidamente, todos los policías se darán por notificados que lo prometido públicamente por el Sr. Gobernador de la Provincia y su Ministro de Seguridad, tanto en campaña como luego de la asunción, fueron solo promesas; frases vacías de contenido; palabras al cohete como se dice en la calle. O en su defecto tendremos derecho a pensar que el gobernador no tiene autoridad suficiente. Que sus indicaciones no son acatadas ni escuchadas por las municipalidades.

Y en ambos casos los trabajadores policías están desprotegidos, expuestos a los marginales. Si ese es el ejemplo de los cambios prometidos, lamento vaticinar un notable agravamiento de la inseguridad en toda la provincia.

Así es imposible brindar seguridad. Y tampoco habrá derecho a reclamarla“.

* Comisario, secretario de Apropoba