Por Maximiliano Abad
Concejal de la UCR de Gral. Pueyrredon
Los procesos socio económicos, y sus anomalías, suelen ser temas de preocupación ciudadana porque la mala gestión económica se traduce en problemas de empleo, baja del poder adquisitivo de los salarios y distorsiones en la distribución del ingreso.
Luego de una década de crecimiento a tasas chinas, la Argentina encara por primera vez, desde la asunción del poder del kirchnerismo, una mirada social desfavorable de la evolución de la economía nacional. Ello debido a que a los problemas irresueltos de la inflación por encima de los dos dígitos que tiene Argentina desde el año 2007, se ha sumado el estancamiento económico que en el último año ha destruido más de 100.000 empleos en el País.
El Gobierno Nacional, y sus voceros, han tenido que dejar de lado el relato impuesto por el INDEC de la inexistencia del problema inflacionario para reconocer de forma indirecta que la inflación real es de cerca del 25%, y que se ha transformado en el mayor cuello de botella para sostener el crecimiento de la economía argentina.
Al reconocer implícitamente el problema, y de acuerdo con su estilo de Gobierno, han necesitado crear un nuevo relato que los excluyera de responsabilidad del aumento generalizado de precios que sostenidamente tiene el País desde hace cinco años. La mejor solución fue marcar como responsables a la cadena de comercialización de productos, que según el Gobierno, impondrían sus precios sin ningún tipo de racionalidad económica. Así con un análisis incorrecto de las causas del problema buscaron una solución errada al mismo.
El congelamiento de precios de 10.000 productos anunciado en febrero, y sus extensión en solo 500 productos anunciados recientemente, es la exteriorización de la lectura incorrecta y miope del fenómeno inflacionario, ya que la causa principal del proceso es el exceso de emisión monetaria producida por el BCRA en los últimos años, especialmente durante 2012 y 2013, para financiar un creciente gasto público cada vez más ineficaz.
El congelamiento se complementa con el control de precios por agrupaciones militantes kirchneristas, o su extensión a toda la sociedad argentina, de tal manera de eludir la responsabilidad del futuro fracaso de la medida. Aquí también, el relato nos trata de ocultar la ineficiencia del peronismo para reconstruir el Estado devastado por el mismo peronismo durante los noventa, que impiden que sus estructuras puedan llevar a cabo las medidas de política económica impuestas desde el Gobierno Nacional.
En definitiva, el problema de la inflación en la Argentina, y consecuente la pérdida del poder adquisitivo de los salarios de los trabajadores, no se puede resolver con demagogia voluntarista, sino dando un golpe de timón al manejo de la política económica actual, que devuelva la competitividad externa a la economía, conjuntamente con la ampliación de la oferta productiva por medio de la inversión en sectores productivos estratégicos, que permita volver a la Argentina a recuperar la senda del crecimiento sostenido.
ACLARACIÓN: La opinión vertida en este espacio no siempre coincide con el pensamiento de la Dirección General.