El Senado de la Nación aprobó una ley que instituye el 14 de junio de cada año como el Día Nacional del Barrendero, en coincidencia con la fecha en que Mauricio Silva, sacerdote barrendero de Villa Devoto, fue detenido y desaparecido en 1977 durante la última dictadura.
La autora de la iniciativa, la diputada nacional, Adela Segarra (FpV-Movimiento Evita), explicó que se busca “homenajear a los barrenderos que cada día realizan una tarea abnegada que no es siempre bien valorada”, así como “reconocer en el hermano Mauricio Silva a todos los trabajadores que, de acuerdo con el informe de la CONADEP, fueron el blanco favorito de la dictadura militar”.
Para la legisladora marplatense, le ley “tiene el sentido de compromiso con la memoria, para que las nuevas generaciones retransmitan a las futuras la verdad de lo ocurrido y sientan la obligación de supervisar el cumplimiento de los derechos humanos".
El cura fue secuestrado mientras se encontraba cumpliendo sus tareas como barrendero municipal en la esquina de Terrero y Magariños Cervantes, en la Capital Federal. Eran las ocho y media de la mañana del 14 de junio de 1977 y ése es el último dato que se tiene de Mauricio Silva.
Según Segarra, “de los testimonios recogidos en la investigación del caso, se puede deducir que primero fue conducido a la comisaría 41ª de la Capital. Después su rastro se pierde a pesar de que existen algunos testimonios que aseguran que fue terriblemente torturado y personas que creen haberlo visto incluso en el Hospital Borda”.
Desde 1978 su hermano Jesús Silva, también sacerdote, y su compañero Patricio Rice, denunciaron la desaparición en Estados Unidos y a nivel internacional. Como en el caso de tantas otras personas en la Argentina, la verdad sobre la desaparición de Mauricio Silva está ahora en manos de la Justicia.