Luego de las palabras de bienvenida a cargo de Carlos Aramburu y Jerónimo Juliano, dos de los dirigentes locales de ese espacio interno de la UCR, cuyo máximo referente es el diputado nacional Ricardo Alfonsín, hicieron uso de la palabra el concejal Mario Rodríguez y el ex diputado nacional José Bielicki. El cierre estuvo a cargo de Carlos Fernández, vicepresidente 1º del Senado de la Provincia de Buenos Aires.

Mario Rodríguez planteó con firmeza: "en momentos en que los radicales de Mar del Plata asistimos a un debate sobre cual es el rol que nuestro partido debe jugar dentro del gobierno municipal, queremos dejar clara nuestra posición. Priorizamos la unidad del radicalismo como un valor estratégico, a la vez que nos asumimos como parte de este gobierno. Estamos comprometidos en que le vaya bien, aunque no compartimos la visión de aquellos que pretenden convertirnos en una agencia de colocaciones. Con la misma sinceridad, reclamamos ámbitos de debate donde podamos discutir el rumbo y plantear de manera democrática nuestras opiniones".
José Bielicki hizo un repaso por la historia reciente del radicalismo, desde la recuperación de la democracia de la mano de Raúl Alfonsín hasta hoy, sin dejar de mencionar a prohombres de la UCR como Alem, Yrigoyen, Alvear, Larralde, Lebensohn, Balbín e Illia, entre otros. "Todos ellos nos enseñaron el valor de la palabra y de defender la ética de las convicciones. Por eso, en homenaje a su prédica, la UCR no puede aceptar con mansedumbre el destrato de nadie", opinó Bielicki.

En el cierre, Carlos Fernández pronunció un encendido discurso, donde afirmó "en este Bicentenario, los radicales debemos sentirnos orgullosos de ser el partido más antiguo de la Argentina. Hemos cumplido 125 años. Nos respalda una historia de lucha por la democracia, las libertades públicas y la igualdad", para luego sentenciar "hoy, que somos parte de un gobierno, lo que está en discusión es nuestra visión del partido y que rol debe jugar la UCR en este proceso. No vamos a tolerar claudicaciones ni vamos a dejar que nos hagan un cuentito. Cambiemos es una construcción colectiva, no tiene dueños, aunque algunos así lo crean. Debemos cuidar a Cambiemos entre todos, pero hay algunos que tienen más responsabilidades. En política los gestos son importantes y los últimos que hemos recibido no son demasiado amistosos. Esto se parece cada vez menos a una coalición de gobierno y cada vez más a una mera alianza electoral. Cuidemos la herramienta que nos permitió generar alternancia, pero no a costa de la UCR".