Un informe periodístico reveló que el ministro de Hacienda usó aviones exclusivos para viajar dentro del país por valores de más de 200.000 pesos, organizó cenas que costaron más de 3.000 pesos por comensal y pidió comprar cajas de la popular barrita de arroz.
El ministro de Hacienda Nicolás Dujovne quedó envuelto en una nueva polémica al develarse algunos gastos excesivos cubiertos con fondos del Estado nacional que irían a contramano de las políticas de ajuste y austeridad impulsadas por el presidente Mauricio Macri en el interior de su gabinete.
Un informe del diario Perfil informó que Dujovne viajó de urgencia el 21 de junio del año pasado a la ciudad de Posadas, en Misiones, a bordo de un avión privado de la empresa Sapsa Líneas Aéreas, que le costó al ministerio de Hacienda unos 172.725 pesos.
También se supo que Hacienda pidió cotizar otros vuelos privados a La Rioja y Mar del Plata, recibiendo presupuestos por entre 6.000 y 10.490 dólares. E incluso Dujovne voló a Salta en otro vuelo privado que le habría costado al Estado unos 15.000 dólares o 234.750 pesos al momento de la operación.
Desde Hacienda respondieron al citado diario porteño que "la política del Ministerio es que no se contratan aviones privados". Pero agregaron que "la única excepción puede darse por la imposibilidad del ministro de cumplir funciones en dos lugares diferentes y que no haya vuelos de líneas disponibles".
Otro gasto que llamó poderosamente la atención está referido a una popular barrita de arroz. Mediante un memorándum del 9 de marzo del año pasado, la secretaría privada del ministro al área de Ceremonial expresó que "solicitamos tengan a bien proveer stock necesario del ítem Chocoarroz para las diversas reuniones de trabajo del señor ministro que se llevan a cabo en este Palacio de Hacienda".
El precio de una caja de 24 unidades del referido producto ronda los 360 pesos. Según se comenta en los pasillos del Ministerio de Hacienda, este pedido inusual causó más de un problema administrativo, ya que no se acostumbra la provisión de golosinas para el ministro.
Otra práctica que no tiene antecedentes según comentan los memoriosos del Palacio de Hacienda es la realización de comidas en la propia casa del ministro. El 15 de marzo pasado, Dujovne agasajó personalmente a la directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde. Dos días antes, Hacienda pidió tres presupuestos del cual resultó adjudicatario el ofrecido por la empresa EAT Catering por un monto total de 31.100 pesos para atender a diez personas, es decir, más 3.000 pesos por comensal.
Pocos días después, el 20 de marzo último, Dujovne invitó a la delegación encabezada por el ministro de Hacienda de Brasil de la que participaron 17 comensales con un costo 51.425 pesos y en esta oportunidad la empresa adjudicataria fue Galindez Catering. El invitar a comer a la casa con gastos pagos por el Estado no es una práctica válida para ministros, sí para embajadores, explican en áreas oficiales.
Pero Dujovne no es el único que aplicó este tipo de gastos inauditos. Su jefe de Gabinete, Ariel Sigal, En ocasión de participar de la reunión de abril del Fondo Monetario de 2017, Sigal realizó "un almuerzo de trabajo con funcionarios" en el restaurante Fiola Mare de la ciudad estadounidense de Washington en abril del año pasado, para 27 comensales por el cual el Estado argentino abonó 5.389 dólares, aunque en la rendición no identifica quiénes participaron del ágape.
La factura contempla entre otros gastos, el consumo de ocho botellas del vino Nobile di Montepulciano Avignonesi 2013 por el que se pagó a razón de 75 dólares por botella. Se trata de un vino de la Toscana italiana con calificación 91 en la prestigiosa revista Wine Spectator. En ese mismo almuerzo también degustaron cocteles y tragos. En el mismo viaje Sigal contrató en Washington un chofer que lo asistió durante cinco días por un total de 1.425 dólares, el monto es razonable en función de lo que se paga en la capital estadounidense, pero no es habitual que se contrate este servicio, salvo para el ministro.
El siguiente viaje a Washington con motivo de la reunión del FMI, en octubre, Sigal volvió al restaurante Fiola Mare donde también compartió "una reunión de trabajo" con 11 participantes por la cual abonaron 2.419 dólares. En esta ocasión consumieron seis botellas de vino de diferentes marcas.