La edil de Acción Marplatense Eva Ayala elevó un proyecto de resolución en el Concejo Deliberante por el cual busca que el Cuerpo Deliberativo exprese la preocupación y el rechazo ante la posible eliminación del régimen de Zona Fría por parte del Gobierno nacional.
Asimismo, solicita al intendente que realice las gestiones necesarias para garantizar la continuidad del régimen, y que lo haga “con la contundencia institucional y política que esta amenaza a los derechos de los marplatenses y batanenses exige”.
“Lo que algunos presentan como un ‘ahorro’ en subsidios es, en realidad, un retroceso en derechos. Mar del Plata no tiene un clima tropical. Tenemos inviernos largos, fríos y duros, como muchas ciudades de la Patagonia. La Zona Fría no es un privilegio: es una reparación histórica”, sostuvo Ayala en los fundamentos de la iniciativa legislativa.
Además, invita a la Defensoría del Pueblo a sumarse a la defensa de este beneficio que alcanza a más de 260.000 familias del distrito. “La eliminación de este régimen sería un golpe directo al bolsillo de miles de familias que ya están soportando tarifas impagables. No se puede gobernar desde la insensibilidad ni desde el desconocimiento del territorio. Vamos a defender el derecho de nuestros vecinos a calefaccionarse y el acceso equitativo a un recurso esencial”, advirtió.
También alertó que “la eliminación del régimen afectaría de forma particularmente grave a sectores vulnerables como personas mayores, familias con menores ingresos, niños y niñas en edad escolar y personas con condiciones de salud que requieren ambientes calefaccionados”.
La edil de AM recalcó que esta posible medida “es una muestra más del rumbo errático del Gobierno nacional, que insiste en ajustar sobre los sectores más vulnerables y los distritos más postergados, en lugar de construir un país federal y justo”.
Y concluyó sentenciando: “Ese mismo rumbo errático es el que ha adoptado el intendente Montenegro, que se mimetiza con el oficialismo nacional mientras se convierte en un comentarista violeta de la realidad local: apela al lenguaje violento, se desliga de responsabilidades y espera que los mercados resuelvan las necesidades básicas de los marplatenses”.
