En declaraciones al programa Propuesta Joven en la FM 90.5, Carlos Mattos, activista por los Derechos de las Personas con Discapacidad y miembro de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos (APDH) Regional Mar del Plata, sostuvo que “es mentira que a Milei no le interesa el Estado. Sí le interesa manipularlo y hacer sus propios negocios. Y si no, ahí están los audios de Spagnuolo, que son más que claros, con los chanchullos que están saltando en este momento. Es realmente gravísima la situación”.

Acto seguido, remarcó que “no me extraña nada de lo que ocurrió, ni de lo que viene ocurriendo, porque ya hemos escuchado en la campaña electoral, antes que asumiera Milei, cuando hablaba de que eran estéticamente superiores, eran superiores a esto, a lo otro, en un discurso totalmente supremacista y muchos, ya en aquel momento, encendimos más que luces amarillas; y luego de haber asumido el señor presidente en ese famoso discurso de espalda al Congreso, que es todo un dato, porque cuando hay un golpe de estado, el poder que desaparece es el legislativo, existe el judicial, el ejecutivo, ambos poderes prostituidos, por supuesto, pero los poderes legislativos, las legislaturas, los consejos deliberantes y el Congreso de la Nación directamente desaparecen. Eso fue más que alarmante, además cuando tomó la jura a determinados ministros, lo hicieron como un acto privado, no hubo transmisión y había un serio problema para que la prensa ingrese. Ya ahí estaban todas las cartas arriba de la mesa”.

En materia de discapacidad, subrayó que “al poco tiempo de asumir Milei, la Agencia Nacional de Discapacidad sale de donde estaba para pasar a la esfera de salud. Eso implica ya un retroceso, volver al modelo médico hegemónico, un modelo superado por el modelo social de la discapacidad. Y para ser claro y gráfico, me voy a permitir hacer una pequeña minuta: ¿Qué tiene que ver la necesidad de colectivos de piso bajo y accesible con el Ministerio de Salud? ¿Qué tiene que ver la eliminación de barreras arquitectónicas en los edificios con el Ministerio de Salud?”.

Volvió a cuestionar que “queda claro que el paso de la Agencia Nacional de Discapacidad, que dependía del Ejecutivo, a la esfera de salud tenía que ver con los curros. Pero, además, recordemos que la Argentina se empezó a ir de organismos internacionales y, en un momento, se volvió a la categorización de idiota, imbécil. Esas categorías ya no existían más, son de fines del siglo XIX, principios del siglo XX, pero esto revela exactamente lo que las extremas derechas vienen a querer imponer”.

Puntulizó, además, que “hay un punto que me parece fundamental, recordemos que el régimen nazi lo primero que hace es convencer a través de intensas campañas en la opinión pública que las personas lisiadas, porque en aquel momento se hablaba de lisiados o de impedidos, no se hablaba de personas con discapacidad, eran una carga para el Estado. Esta película se vio y no estoy inventando absolutamente nada. Lean Síndrome 1933 y revisen las crónicas de la Segunda Guerra Mundial, cuando esto queda instalado, empiezan las internaciones, todos tenían paros cardiorrespiratorios y fueron los primeros ensayos de limpieza en el nazismo”.

Finalmente, comentó: “Alguno puede decir: “Bueno, esto no es lo mismo”. Se le parece en algún aspecto y no dejan de ser luces amarillas. ¿Y cuál fue para mí la primera alerta? En el mes de marzo del año pasado, salgo de mi casa, tomo el 541 para ir al centro, saco la tarjeta para arrimarla al aparato que certifica de alguna manera que un pasajero o una pasajera subió y en un momento el chófer le pide a una persona que estaba sentada en el primer asiento, que por favor me deje el asiento porque soy ciego. La persona se para, me golpea la espalda, me da unas palmaditas y me dice: ”Ya se les va a acabar a ustedes es de vivir siempre de arriba”. Cuando vuelvo a casa se lo cuento a mi señora y me pregunta: “¿Qué le dijiste?”. La verdad me quedé sin palabras porque no podía cree, ya están inyectando un veneno simbólico destinado a la domesticación de la gente, a hacer creer que los presupuestos en discapacidad son los que mueven el amperímetro, sin hablar de toda la transferencia de recursos que hay de los sectores de menos recursos hacia los del poder concentrado, etcétera, etcétera, etcétera”.